Tokio.- El joven tokiota Yuto Horigome se llevó este domingo el primer oro en el estreno del skate como deporte olímpico en los Juegos de Tokio, gracias a una maniobra casi perfecta en una final donde decepcionó el icono global de este deporte, Nyjah Huston.
Horigome, de 22 años e hijo de un taxista, dio a Japón la tercera medalla de oro hasta el momento en estos JJOO, en un deporte que hacía su debut olímpico y cuya práctica, curiosamente, está prohibida en todas las calles y espacios públicos del país asiático.
El japonés llegaba a Tokio como campeón mundial y uno de los skaters más en forma, pero todas las miradas estaban puestas en el estadounidense Huston, la cara más conocida del skate a nivel mundial tanto dentro como fuera de las pistas.
FINAL AL ROJO VIVO
El escenario elegido para el debut del monopatín en la prueba de calle fue el Parque de Deportes Urbanos de Ariake, una pista de cemento con rampas, escaleras y pasamanos sobre la que azotó un sol inclemente y temperaturas de hasta 35 grados centígrados.
La música que sonaba en la pista y los escasos espectadores, varios centenares de miembros de comités y periodistas, pusieron algo de ambiente a una prueba que de no haber sido por la pandemia habría contado con 7.000 personas en las gradas y se habría celebrado junto a un festival de deportes urbanos en la bahía de Tokio.
Huston, quien domina la escena mundial desde hace más de un lustro, comenzó a exhibir repertorio de saltos y giros en posiciones inverosímiles en sus dos primeros turnos de la final, consistente en recorridos libres de 45 segundos.
Pero quien más apuntaba al podio era el brasileño Kelvin Hoefler, acechado por el francés Aurelien Giraud y por el peruano Angelo Caro Narváez, la gran sorpresa en la final de Tokio.
Hoefler terminó con la plata y el bronce fue para otro estadounidense, Jagger Eaton, mientras que el peruano terminó séptimo tras no lograr culminar sus mejores trucos.
Horigome estuvo muy discreto en sus dos primeros turnos, pero deslumbró con su precisión y su estilo en la segunda ronda, en la que cada patinador tenía cinco intentos para realizar una sola maniobra.
El tokiota se sacó de la manga un salto con la parte frontal del monopatín para deslizarse sobre la barandilla de espaldas levemente apoyado en el extremo del skate, un truco conocido como “nollie backside 270 tailslide” y que le valió 9,5 puntos, la mayor nota en la final.
“Al ver que estaban los mejores del mundo en la final, decidí hacer algo más ofensivo y sacar lo mejor de mí”, dijo el nipón después de recibir la medalla y un abrazo de Huston.
El californiano, quien competía lesionado en una muñeca y se cayó en varios de sus intentos de maniobras más arriesgadas, lamentó “haber decepcionado a mucha gente” y añadió que “los deportistas también son humanos”.
UN DEPORTE PERSEGUIDO
Los Juegos de Tokio han puesto los focos sobre una disciplina callejera denostada en muchos lugares pese a que también mueve cantidades multimillonarias en campeonatos patrocinados por grandes marcas de bebidas o de ropa.
“Espero que después de esto la gente acepta más el skate. Mucha gente cree que estamos ahí fuera intentando vandalizar o colarnos en propiedades privadas, y no es el caso”, dijo Huston.
En la propia capital nipona, hacer skate está prohibido en todas partes, desde las calles y aceras -donde se originó este deporte en Estados Unidos- hasta parques y amplias zonas abiertas, en las que es habitual ver a jóvenes practicando el monopatín en otras grandes urbes del mundo.
Las estrictas normas niponas solo permiten el monopatín en pistas cerradas específicas para este deporte, para las que habitualmente hay que pagar una entrada.
Pese a ello los jóvenes japoneses mantienen vivo el espíritu rebelde del skate practicando saltos y trucos en lugares apartados o incluso en zonas como los alrededores del concurrido cruce de Shibuya, eso sí, bien entrada la noche y tras comprobar que no haya policías presentes.
El skater más famoso de todos los tiempos, Tony Hawk, afirmó que “nunca hubiera imaginado” que este deporte llegaría a ser olímpico, y recordó que de niño “siempre le reñían” por su afición al monopatín, en declaraciones durante su estancia en la capital nipona para comentar la nueva competición.
“Es surrealista estar en Tokio presenciando este hecho histórico en unas circunstancias sin precedentes”, escribió Hawk a través de las redes sociales, donde a pesar de sus 53 años aún cuenta con millones de seguidores.
EFE / Antonio Hermosín Gandul