Con un corazón agitado y alegre, ellas disfrutan de mañanas y tardes deportivas, son las mujeres de la comunidad de Hondzonot, que con sus coloridos huipiles y con o sin calzado, juegan partidos amistosos de sóftbol, dejando que sus actividades de casa se vean interrumpidas para poder recrearse en un espacio abierto.
La cosquilla empezó hace tres años cuando las autoridades de Tulum pretendían formar una liga de sóftbol femenil, convocaron a un torneo, y como premio las ganadoras obtendrían su uniforme, pero una vez que se integraron, el espacio donde jugarían se ocupó, y el supuesto apoyo desapareció.
Ellas con el ánimo andante, decidieron continuar, ya habían echado de lado la oposición que los hombres les habían manifestado incluso se convirtieron en sus fieles acompañantes y animadores; su organización estaba lo suficientemente fuerte como para seguir realizando encuentros, el gozo por el juego de pelota las delataba, el no contar con uniformes tampoco las detendría.
El equipo decidió llamarse las ‘Diablillas de Hondzonot’ y ahora en sus encuentros amenizan el convite con la oferta de sus productos, un momento que también les sirve para crecer su economía y tener un fructífero intercambio.
Sonrisas y carcajadas resuenan desde los campos de esta comunidad, que se encuentra a 30 kilómetros de Cobá, y que sin lugar a dudas no ha podido pasar de largo para equipos como los Diablos Rojo del México y empresas como Wilson.
Con información de Agencia SIM