Quintana Roo, México.- De color marrón es la amenaza a las orillas del mar quintanarroense, principalmente al norte, en donde la gran mancha va invadiendo la costa y acapara la mirada de quien mire al horizonte, ese del que muchas veces se presumió su azul turquesa, su profundidad y pasividad.
La incomodidad de esta alga, recae en los habitantes, paseantes y empresarios, quienes de pronto notan un fétido olor, a razón de la acumulación de la macroalga; por ello las grandes agrupaciones económicas ya se pronuncian ante esta invasora problemática.
Lamentablemente algunos visitantes han tenido que acortar sus vacaciones, pues huyen del olor que invade al paraíso caribeño, así lo manifestó Espadas Iste, quien además señaló la falta de atención municipal para colocar los anclajes que sostendrían las barreras antisargazo.
Y es que de acuerdo con especialistas el sargazo debería contenerse antes de llegar a las playas, cosa que los barcos sagaceros de la Semarnat no pueden hacer, y al ser empujado con el oleaje a las costas, la capacidad humana que fijó el gobierno se ve rebasada.
Algunos empresarios han colocado barreras artesanales con malla para bordear algunas zonas, que al ser colocada de manera diagonal busca redirigir a la macroalga para facilitar su recolección.
Barreras artesanales con maya bordea algunas zonas, que al ser colocada de manera diagonal busca redirigir a la macroalga para facilitar su recolección. Soluciones existen, falta organizarse, en días pasados las autoridades han estado trabajando en un Manual de procedimientos para mejorar el manejo de sargazo, ahora será un reto poner en acción el conocimiento que especialistas han vertido en un largo tiempo de estudio para obtener la mejor estrategia.
Las soluciones apuntan a tener que aprender a convivir con el alga, pues no se puede arrancar así como así de los mares, su presencia tiene una razón de ser dentro del ecosistema, sirve a diferentes especies marinas, así como al propio equilibrio de las playas, y es resultado del Mar de los sargazos, que ante los cambios que ha sufrido últimamente el planeta viene a vararse en demasía en nuestras costas, y es este último punto el que preocupa y nos ha de ocupar. El entenderla nos llevará a saber cómo atenderla.