El tiempo ya alcanzó al gobierno municipal de Laura Beristain. Está en plena cuenta regresiva. Se le acabó el tiempo y los pretextos.
Hace más cinco años atrás, ofrecía en campaña, sacar a Aguakan, del municipio de Solidaridad. La promesa la hizo junto con Cristina Torres.
En ese entonces, Laura Beristain, quería ser diputada local y Cristina Torres, presidenta municipal. Ambas lo consiguieron, gracias al voto de los solidaridenses. Pero ninguna cumplió.
Miles fueron los pretextos. Como paradoja de la política, Cristina, decía que en el Congreso estaba la solución y Laura, que en el ayuntamiento se debía hacer más.
Ya no tendrán pretextos, las dos disfrutaron de la silla del Ayuntamiento de Solidaridad y también saben qué representar en una curul.
Laura Beristain, fue más allá que Cristina Torres. Se atrevió a reservar por cinco años, la información de todo lo relacionado con Aguakan en su administración.
También se la acaba el tiempo a Laura Beristain, para transparentar el manejo de las finanzas.
Conforme se acaba la administración municipal, varios de sus más cercanos ya perdieron comunicación con ella.
Varios han presentado sus renuncias en la oficina de la presidencia, pero no se las aceptan.
Después de la reunión que varios funcionarios tuvieron con la senadora “morenista” Marybel Villegas, para exponer la situación en Ayuntamiento de Solidaridad, la edil solidaridense no quedó muy contenta.
A todos los que fueron a quejarse y pedir ayuda a la legisladora, los tienen segregados, pero no les aceptan las renuncias.
El tiempo también se agota para definir el futuro legal de los “mapaches” atrapados del pasado 6 de junio.
A todos se les concedió seguir su proceso judicial desde casa, pero eso no significa que están libres de presunta culpa.
Así que también están en cuenta regresiva y ellos sabrán si quieren cargar solos con todos los cargos.
El tiempo alcanzó a Laura Beristain, quien pasará a la historia de Solidaridad, como la esperanza para muchos y la decepción para más.