Huyéndole a los climas fríos y al estrés de las grandes ciudades, en medio de la pandemia que arrasa con el mundo, europeos y estadounidenses manifiestan su predilección por el Caribe mexicano, como espacio paradisiaco para vivir unas buenas vacaciones en roce con la naturaleza viva y gente buena.
En tal sentido, para el verano, la aerolínea Azur Air, del touroperador ruso Anex Tour, recupera su conexión con Cancún desde Moscú, en una ruta que contará con dos frecuencias semanales (miércoles y sábados) operadas por un Boeing 777, con capacidad para 500 pasajeros en busca de sol.
La aerolínea española Wamnos, reinserta su ruta Madrid-Cancún, a partir del 20 de junio, una vez a la semana, y desde julio cada viernes y sábado, con aviones en los que caben 375 pasajeros deseosos de mojar sus cuerpos en el mar azul-turquesa de Quintana Roo y disfrutar de los crepúsculos.
Se unen otras dos conexiones: la aerolínea KLM, a partir de noviembre tres veces por semana, desde Ámsterdam hacia Cancún; y la alemana Eurowings Discover, de Lufthansa Group, que ha preferido esperar hasta la primavera de 2022 para viajar, dos veces a la semana, de Múnich a Cancún.
Por su parte, los vecinos gringos, tan amantes del turismo de sol y playa y algunos de ellos del turismo cultural, también irán reforzando los lazos con el destino, como ya lo ha hecho la aerolínea Sun Country, que desde el 27 de mayo conecta, dos veces por semana, a Dallas con la isla de Cozumel.
Redondean estos vuelos, que repercuten en los empleos locales, American Airlines, que enlaza a Miami, cuatro veces por semana, con Cancún, desde del tres de junio; y Travel2Latam, que esperará hasta diciembre para operar un vuelo diario desde St. Louis hacia la entidad quintanarroense.
La dinámica que se vive en el Aeropuerto Internacional de Cancún —donde se confunden idiomas, perfumes y colores— le conceden una vitalidad extraordinaria a Quintana Roo, con tantos turistas que luego se despliegan por hoteles y playas, generando así derramas económicas y nuevas amistades.