Playa del Carmen.- En el primer día del año, justo en el punto más alto de tráfico de vacacionistas, la mala gestión e incompetencia de los administradores de la autopista de cuota El Tintal-Playa del Carmen provocó un caos monumental para ingresar a este destino turístico con filas de vehículos de más de un kilómetro y hasta dos horas de espera para pasar por la caseta de cobro.
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Sin embargo, el enojo y hartazgo de los cientos de automovilistas que esperaban para ingresar a la ciudad se transformó en una revuelta contra los empleados de la autopista que recibieron insultos y reclamos y que terminó cuando los inconformes doblaron la pluma de paso para permitir la entrada de decenas de automovilistas sin pagar cuota.
De acuerdo con testimonios recabados en el lugar, el problema empezó debido a que en el primer día del año, pese a la gran afluencia de visitantes que recibe la Riviera Maya en estas fechas, los administradores sólo habilitaron una de los dos puntos de cobro de la autopista, por lo que desde la tarde se empezó a formar un cuello de botella para ingresar a Playa del Carmen.
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Conforme pasaban las horas, la fila se extendía cada vez más hasta alcanzar más de un kilómetro de distancia, con un lentísimo avance de vehículos.
Era tan lento o casi nulo el avance de vehículos que muchas personas empezaron a bajar de los vehículos para caminar hasta la caseta de cobro para usar los baños, ya que no podían soportar la espera.
Un vehículo, incluso, que viajaba justo, se quedó sin combustible por la espera y tuvo que ser empujado por sus ocupantes hacia una orilla para no obstruir el paso, en espera conseguir un poco de gasolina para terminar de llegar a su destino.
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Cuando ya eran casi las diez de la noche, el malestar de los automovilistas se empezó a desbordar con reclamos directos contra el único cobrador de la caseta y un guardia de seguridad que inútilmente trataba de contener a los inconformes y que claramente ya estaban rebasados sin poder resolver la crisis de gestión de la autopista.
Un grupo de personas trató de mover los bloques naranja que limitaban el ancho del carril, pero fue imposible y optaron por intentar doblar la pluma de paso, lo cual no lograron en un primer intento, pero sí en una segunda arremetida.
A partir de ese momento, el cuello de botella se destrabó y empezaron a pasar los automovilistas sin pagar el costo del peaje.
Cabe resaltar que poco antes de la revuelta, al lugar llegaron elementos de la Guardia Nacional, pero sólo parecieron tomar nota del caos vehicular provocado en el lugar, pero nada hicieron y continuaron su camino.
Con información de Noticaribe