Para frenar brotes de coronavirus en Tapachula y sus alrededores, el gobierno de México despliega brigadas de salud que atienden a los cientos de migrantes que se encuentran varados, en condiciones lamentables, en espera de ser atendidos por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.
Entre esos extranjeros, que proceden de 10 países, se han detectado algunos casos con leishmaniasis, enfermedad transmitida por un vector en la Selva del Darién, entre Colombia y Panamá, así como con lesiones en los pies, hipoglucemias y enfermedades dérmicas, degenerativas y de otras índoles.
Desde finales de 2018, cuando empezaron a llegar las caravanas de migrantes, se orientó darle atención continua a estos grupos, que han proliferado enormemente ante la esperanza de encontrar una vida mejor en México e incluso con ilusiones de poder llegar a los Estados Unidos.
Los enfermos reciben la atención y los medicamentos requeridos de las autoridades sanitarias mexicanas y la vigilancia sobre la aplicación de medidas para detener posibles brotes de covid-19, y algunos de ellos son canalizados a diferentes centros de salud e incluso al Hospital Regional.
Aunque los médicos no han detectado señas de coronavirus entre estos ilegales, sí encuentran debilidad física, en tanto han vivido penurias, hambre y dolencias en sus travesías por selvas y caminos, bajo la lluvia o el sol, pasando frío, lo cual genera infecciones respiratorias agudas.