En su constante proceso de rectificación para legitimarse como un buen país, después del oscuro pasado de la Segunda Guerra Mundial, Alemania regresará a México 34 piezas arqueológicas que, tras haber sido robadas, pertenecían a colecciones privadas.
Una vez en México, estas piezas arqueológicas, cuyo proceso de restauración ya corrió a cargo de Alemania, serán rigurosamente registradas como patrimonio cultural de la nación y puestas al resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Propia del altiplano central mexicano, un “hacha de garganta” —elaborada en roca “mediante las técnicas de talla por percusión y pulido por abrasión”—, es una de las piezas que se recuperaron de la colección privada que se ubica en Recklinghausen.
Una figura antropomorfa con el torso desnudo y una falda, que sostiene en una mano una vasija y, según expertos, es una pieza del estilo de Ixtlán del Río, de la tradición tumbas de tiro, de Nayarit, se recuperó en la colección privada de Monheim am Rhein.
Se trata de un acto de justicia histórica para que los mexicanos y quienes visiten a México puedan apreciar en los museos la riqueza simbólica de los antepasados prehispánicos, cuya visión del mundo está entretejida con hilos de magia y sabiduría.