Denver, EE.UU.- El alto índice de problemas de salud mental entre los latinos en Estados Unidos ha motivado a varios estados y organizaciones privadas a activar en los últimos días proyectos y programas para contrarrestar esa difícil situación agravada por la pandemia de covid-19.
“La pandemia nos golpeó duro porque nos hizo ver que nuestra identidad como inmigrantes o como latinos no siempre nos era de ayuda. Pero a la vez no tenemos otra identidad, por lo menos no todavía”, dijo a Efe el antropólogo mexicano Armando Rangel, radicado en Denver y cofundador en esa ciudad de una organización de ayuda comunitaria.
Según Rangel, el impacto desproporcionado de la pandemia entre los latinos de Estados Unidos se debió en parte a que las medidas de aislamiento “desarticularon las conexiones familiares y sociales” que sirven como “espontáneos grupos de apoyo” para muchos hispanos.
Pese a que los contactos en persona ya vuelven a ser habituales, los sentimientos negativos (inseguridad, temor, ansiedad) generados por el aislamiento persisten entre los hispanos, según un reciente reporte publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA).
“Los hispanos experimentan trauma y problemas de salud mental por muchas razones debido a la pandemia”, dice el informe de APA. Esas razones incluyen ansiedad por el futuro de la familia, duelo por amigos o familiares enfermos o fallecidos, y tensiones emocionales por carecer de recursos financieros, tecnológicos o de cuidados médicos.
En Colorado (con 1.2 millones de hispanos), la pandemia “agravó las desigualdades sociales que afectan a los hispanos”, dice un nuevo informe del Instituto de Salud de Colorado, subrayando que los hispanos son el grupo con los más altos porcentajes de personas que reportan “salud pobre en general” (42.9 %) y “empeoramiento de la salud mental” (17 %).
Precisamente en respuesta a esa “crisis de salud mental”, el Gobierno de Colorado anunció esta semana el lanzamiento del programa “Soy importante”, considerado el primero de su clase en el país, que ofrece sesiones gratuitas de consejería a jóvenes con problemas de salud mental.
El proyecto (con presupuesto de 9 millones de dólares) se enfocará en adolescentes y jóvenes de 13 a 21 años latinos o miembros de la comunidad LGBTQ. Los menores de 12 años o menos podrán participar con permiso de sus padres. Se estima que unos 10 mil jóvenes se beneficiarán con las sesiones de consejería.
A su vez, en Arizona, organizaciones latinas se asociaron con la Fundación Estadounidense de Prevención del Suicidio (AFSP) para ayudar a los latinos a “navegar el sistema de tratamientos de salud mental”, debido a que, por razones culturales y sociales, no buscan ayuda y, en muchos casos, la salud mental “no es un tema de conversación”.
Y el jueves, la Universidad de Texas en San Antonio (UTSA) anunció su nuevo programa de consejería bilingüe “para responder a las necesidades de servicios de salud mental en la comunidad latina” debido a que “un creciente número de la población hispana enfrenta un aumento en los desafíos de salud mental”.
“La disparidad en servicios de salud mental pone a los latinos en un riesgo mayor de condiciones de salud mental más severas y persistentes. Sin tratamiento, la salud mental con frecuencia empeora”, dijo la doctora Heather Trepal, coordinadora del proyecto de UTSA.
A nivel nacional, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 3.8 millones de latinos no reciben los servicios de salud mental que necesitan, un millón de ellos en California. Y sin importar la etnicidad, uno de cada cinco adultos del país necesita tratamiento de salud mental.
EFE