Después de días de suspenso y negociaciones, la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo), de la XVI Legislatura de Quintana Roo, quedó en manos de Eduardo Martínez Arcila, panista de nacimiento.
Para Lalo Martínez, como le dicen sus cercanos, será la segunda ocasión que tenga un mando de primer nivel en el Congreso del Estado. La primera vez, fue cuando en 2016, el PAN y sus aliados controlaban la XV Legislatura, a través de la Gran Comisión, que desapareció para dar paso a la llamada Jugocopo.
En el camino por este mismo cargo, se quedaron las diputadas Kira Iris San y Reyna Durán Ovando, a quienes les observaron que no son panistas militantes.
Aunque ambas levantaron la mano para ser tomadas en cuenta, sabían que tenían -50% de quedarse en el intento. Pero nada perdían con intentarlo.
Desde esta segunda nueva oportunidad para Lalo Martínez, veremos si es capaz de aprovecharla para meterse de lleno a búsqueda de la candidatura a la gubernatura.
En este año político, deberá construir puentes y alianzas que le permitan fortalecerse para estar considerado como cabeza de la coalición que seguro integrarán en 2022 el PAN, PRI y PRD.
Al interior del panismo, tendrá que tejer fino para lograr unificarlo, porque la senadora Mayuli Martínez, también tiene sed de candidatura.
Aunque se diga que la Jugocopo, la obtuvo con unidad panista, todos saben que siempre en una contienda quedan “heridas” que tendrá que saber sanar.
Este domingo inicia el tercer año y último de ejercicio legislativo, que se espera sea productivo, porque en honor a la verdad, han perdido mucho tiempo en grillas internas con escasos resultados en beneficio de los quintanarroenses.