Aún se buscan desaparecidos entre los escombros, tras el derrumbe del edificio Champlain Towers, en Surfside, Miami Dade, Estados Unidos, ocurrido ayer entre estruendosos ruidos y gritos de los habitantes, a quienes la catástrofe los agarró de sorpresa mientras dormían en plena madrugada.
55 de los 136 apartamentos que conforman este edificio, construido en 1981, se desplomaron y aún se desconocen las causas, en medio de un caos, donde Florida ha sido declarado en estado de emergencia y el gobierno norteamericano destina sus recursos para intentar la salvación de las víctimas.
Entre los desaparecidos —quienes posiblemente aún se mantengan con vida bajo lomas de cemento, metales y vidrios rotos— figuran personas que en su mayoría son de origen latinoamericano. Sus amigos y familiares han manifestado angustia, que acrecientan los medios de comunicación.
Es curioso que este derrumbe suceda en un país que presume de sus construcciones y critica a otros países del mundo por la inseguridad de sus edificios, hay mucha alarma en Miami y hasta el presidente Joe Biden aprobó que el Departamento de Seguridad Nacional auxilie tras el gran desastre.
“Es una tragedia sin precedentes en Estados Unidos”, dijo la congresista por el estado de Florida Debbie Wasserman Schultz, tras saberse que hay decenas de heridos y 159 desaparecidos, quienes se encontraban en este inmueble de 12 plantas frente al mar y ver en shock a los residentes de Surfside