Botellas, restos de comida, vasos, platos, tenedores, bolsas de plástico de toda índole… flotan sobre los océanos, a veces como islas y otras como balsas a la deriva que afean el paisaje, contaminan al medio ambiente y vuelven más oscuro el breve tiempo que le queda sobre la Tierra a la humanidad.
Son, sin embargo, los propios seres humanos quienes arrojan todo esto al agua, en tal magnitud que los investigadores dividieron los residuos en 112 categorías de basura y son 10 productos plásticos los que representan casi tres cuartas partes de todos los desechos encontrados a nivel mundial.
El ochenta por ciento de la basura que se aloja en los mares es de plástico, seguida por metales, vidrios, ropas, gomas, papeles y maderas, y ahora se suman artículos de origen médico y de higiene usados para combatir a la pandemia de la covid-19, en una avalancha hiperbólica e indetenible.
Mientras que los gobiernos del orbe no tomen medidas drásticas y la población no reflexione y asuma conciencia, la catástrofe irá creciendo con daños irreversibles para el planeta, un planeta casi condenado a la muerte debido al calentamiento global y la pérdida paulatina de la biodiversidad.