Pacientes operados sin anestesia en los pasillos es el día a día de los hospitales que quedan abiertos en la Franja palestina de Gaza, bajo el control del grupo islamista Hamás y objeto de bombardeos israelíes que este sábado entraron en su décimoquinto día.
“Se opera a quienes pueden tener una esperanza de vida, otros son dejados a su suerte“, dijo a EFE por teléfono desde uno de los hospitales del enclave el médico Medhat Abbas, que es también responsable del Ministerio de Sanidad de la Franja.
Sin apenas agua, electricidad, combustible o internet, los turnos de noche son todo un reto en los quirófanos donde los médicos emplean la luz de los teléfonos móviles para poder ver.
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La escasez de agua potable preocupa especialmente a organizaciones internacionales como Save the Children, que ha destacado que inquieta “el riesgo de deshidratación” de los menores y de que contraigan enfermedades transmitidas por agua contaminada.
A esto se suma que por lo menos 5,500 mujeres deberían dar a luz el próximo mes en el enclave palestino.
Y es que la ayuda humanitaria con comida y medicinas, entre otros artículos, que entró este sábado a Gaza a través del paso de Rafah, fronterizo con Egipto y la única salida al exterior de la Franja, ya que el resto de cruces son limítrofes con Israel, no deja de ser un parche, ya que únicamente fueron 20 camiones con asistencia para una población de más de 2 millones, de los que más de un millón de personas están desplazadas en el sur del enclave.
En quince días de guerra entre Israel y Hamás, al menos 4.469 personas han muerto en Gaza, de las que más del 70% son menores, mujeres y ancianos.
Además, 14.000 heridos por los ataques aéreos; en una situación que posiblemente empeore con la anunciada intervención terrestre de Israel en el enclave, que sin duda deteriorará aún más las condiciones en los hospitales.
Con información de EFE.