Aunque no cuente con el respaldo público, el Congreso del Estado de Quintana Roo se ha propuesto impulsar una iniciativa de ley para que los diputados permanezcan en sus cargos durante cuatro periodos, con el argumento de homologar la disposición con lo que establece el artículo 116 de la Constitución.
Se trata, nada más y nada menos, que de uno de los congresos que más caro cuesta, con fondos del erario, al país, y con resultados a veces cuestionables, donde se han vivido riñas interiores y muchos desacuerdos con lo que quiere una comunidad cuya vida transcurre en un bajo nivel de ingresos.
De incongruente calificó a esta iniciativa el Observatorio Legislativo de Quintana Roo conformado por representantes de cámaras empresariales, colegios profesionales y asociaciones civiles, encargados de vigilar el trabajo de los diputados sobre el sustento de la desconfianza ciudadana.
De aprobarse esta disposición, firmada por 21 de los 25 diputados, y permitirse la reelección, los legisladores pudieran permanecer en sus cargos hasta por 12 años, con el pretexto de que se “busca lograr una relación responsable de rendición de cuentas entre los representantes populares y su base.”