Quintana Roo, México.- Se reúnen, se quieren, se cantan, se visten, se reconocen, se bailan, se aman… les incomodan, les señalan, les descalifican, les amenazan, les amedrentan, les odian y en el peor de los casos les matan. Historias de estas suceden en todo México, amores diversos que se despiertan sonriendo a cada amanecer, de pronto son el lamento; un día con la niebla del desentendimiento y la confusión, sin más, su vida es arrebatada por otros, aquellos que no han podido resolver la convivencia con lo diferente.
Es así que en la prensa de distintos medios ni se les menciona, la discriminación que sufre la comunidad que reúne a personas de diferentes preferencias sexuales no tiene lugar, ni para dignificar la muerte a través de la justicia, y poder combatir lo que ya 13 estados en el país (Ciudad de México, Baja California Sur, Colima, Coahuila, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Veracruz, Aguascalientes y Jalisco) reconocen como “crímenes de odio.”
Fue tras la muerte de un joven gay el pasado 5 de junio en Cancún, que diferentes asociaciones civiles alzaron una vez más la voz, con el puño en alto demandaron seguridad y justicia frente a un Estado que se ve rebasado en violencia, ya que anula la posibilidad de una convivencia en paz, a la que todos tenemos derecho.
Desde Chetumal, Cancún y Playa del Carmen, con banderas que resaltan su identidad y pancartas con mensajes de denuncia, la comunidad LGBT+ marchó durante la tarde del viernes, en donde además, se acompañaron con coros que animaron el recorrido a la vez que informaban de las tragedias que padecen y por las cuales están dispuestos a luchar hasta que se les respete, acepte y garantice bienestar.
Que un amigx murió aquella noche, pasa de voz en voz, y de acuerdo con la Red de Activistas LGBT, entre el 2011 y 2018 fueron asesinadas por razones de odio 58 personas en Quintana Roo.
Ante la suma de cada caso, resurgió la idea de tipificar el delito, ya que trascendió que la Fiscalía estatal inició la investigación bajo el argumento de homicidio, pero no como crimen de odio. Para las asociaciones y organizaciones el nombrarlo de esta manera, ayudaría a que las autoridades pudieran resolver de una manera más eficaz, ya que aunque existe un protocolo, éste no es atendido.
Sin embargo, algunos académicos se cuestionan sobre la correcta asignación de ruta para poder ajusticiar estos hechos, y con ello dar una orden Penal, de manera que rescatan también el término de prejuicio, el cual es entendido como la “caracterización negativa y selección discriminatoria de la víctima por el grupo al que pertenece.”
La discusión es amplia, y las carencias del estado se visibilizan cada día más; educación sexual contra la homofobia y la serofobia son parte de las exigencias en México, que desde uno de los lugares más cosmopolitas, la Riviera Maya dejaron hacer eco para que grupos en la capital, la Ciudad de México, se unieran a la manifestación del pasado viernes.
Lejos de lo que pudiera esperarse en otros gobiernos, la comunicación parece efectiva para con algunos organismos, al momento el instituto que se encarga de prevenir la discriminación tendió un puente, y compartió a través de su redes digitales, su apoyo a la creación de la Fiscalía Especializada en delitos contra la población LGBTTTI en Quintana Roo, ahora 17 organizaciones del estado quintanarroense estarán vigilantes de ello.