Lima.- El peruano Pedro Castillo amaneció este jueves en prisión y como expresidente de su país. Tachado incluso por sus excompañeros como golpista, se ha sumado a la larga lista de mandatarios electos de su país que han sido arrestados por distintas razones.
Y es que en Perú ganar en las urnas es casi sinónimo de terminar en prisión. Como compañero de prisión en la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes), Castillo tiene al expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
El caso de Fujimori, quien llegó a la Presidencia -al igual que Castillo- apoyado por los sectores populares frente al escritor Mario Vargas Llosa, visto en su época como la voz aristocrática, es probablemente el más célebre.
“El chino”, como era popularmente conocido pese a ser hijo de emigrantes japoneses, tiene más paralelismos con su compañero de prisión.
En 1992 perpetró un autogolpe de Estado rechazado por la comunidad internacional (aunque con un fuerte apoyo de la ciudadanía peruana) cuyos ecos resonaron con fuerza este miércoles, cuando Castillo ordenó cerrar el Congreso e instalar un Gobierno de emergencia.
En la década conocida como “Fujimorato”, abundaron los casos de corrupción y el expresidente fue condenado por delitos de lesa humanidad, acusado de casos escabrosos incluso por su exesposa.
Como Castillo, fue destituido por “permanente incapacidad moral” por el Congreso, que no aceptó una renuncia que había enviado Fujimori por fax tras huir del país.
EFE
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