Ciudad de Panamá.- La educación inclusiva en Centroamérica tiene como principales retos superar las asimetrías, la desigualdad y la brecha digital, según un estudio presentado este lunes por la OEI, que propuso la creación de un observatorio de inclusión y presupuesto más ágiles para mejorar el sector.
Se trata del informe “Educación Inclusiva en Centroamérica y República Dominicana: balance, opciones y recomendaciones de política”, presentado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).
El estudio indica que en materia de indicadores educativos, como tasa de abandono, cobertura neta y tasa de conclusión de estudios, la región compuesta por Centroamérica y República Dominicana se divide en dos bloques que presentan rasgos asimétricos.
Por un lado están Costa Rica, Panamá y República Dominicana con datos que reflejan perspectivas favorables y, por el otro, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, “con indicadores aún por mejorar”.
Por ejemplo, de acuerdo con el estudio en el tema de la tasa de cobertura neta en primaria, destacan los casos de Costa Rica y Panamá “con cifras superiores al 90 % de cobertura neta”, mientras que El Salvador y Honduras “presentan brechas significativas, atendiendo únicamente en promedio a 84 de cada 100 niños que se encuentran en la edad escolar correspondiente a primaria”.
También hay diferencias en el monto de inversión en educación. “Destaca, el caso de Nicaragua como uno de los países con bajo gasto gubernamental, seguido de El Salvador. En el extremo contrario encontramos a Costa Rica, el país con mayor inversión gubernamental en esta área”.
Según los datos oficiales, Costa Rica invirtió en educación en el 2020 una cifra equivalente al 6.81 % del producto interno bruto (PIB). Ese gasto en Nicaragua fue del 3.44 % del PIB en el 2019.
“Si bien no pueden establecerse relaciones entre los montos invertidos y el grado de eficacia de los sistemas educativos, sí permite identificar diferencias en recursos y los esfuerzos presupuestales que realizan los países de esta región”, señaló el informe de la OEI.
El estudio concluye que en Centroamérica y República Dominicana las desigualdades se asocian en su mayoría al origen de los alumnos: lugar de nacimiento, residencia, o los niveles de ingreso familiar, con tasas desfavorables a medida que avanza la vida escolar.
En toda la región en estudio, la cobertura escolar se comporta en “U invertida””, es decir, es baja en educación infantil, alta en educación primaria y nuevamente baja en media y secundaria.
Centroamérica y República Dominicana comparten retos vinculados “a la desigualdad económica, donde el 20 % más rico tiene 5 veces más probabilidades que el 20 % más pobre de terminar el bachillerato”.
El informe además señaló la necesidad de trabajar para reducir la brecha digital en la región con estrategias más focalizadas en la formación docente.
En ese contexto, el estudio de la OEI propone tanto la creación de un observatorio de inclusión, que sirva como nodo para compartir información entre países a nivel micro, como de redes de trabajo regionales para el fortalecimiento de la formación continua de los docentes.
Otra recomendación subraya la urgencia de cambiar los mecanismos de asignación presupuestaria para que sean más ágiles y focalizados en aspectos más rentables como la educación a lo largo de la vida, ya que la explosión demográfica de la región así lo va a exigir.
El informe iberoamericano advierte además de la necesidad de fortalecer el trabajo con organismos intergubernamentales, así como con organizaciones civiles especializadas en educación con presencia en Centroamérica.
EFE
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