Ciudad de México.- Un total de 19 personas fueron detenidas por su relación con el caso del cadáver de un bebé que fue hallado en la basura de una cárcel después de ser robado de un cementerio de la Ciudad de México, informó este lunes la Fiscalía General del estado de Puebla.
En un comunicado, la Fiscalía del céntrico estado de Puebla dijo que tras las investigaciones que ha desarrollado, la institución solicitó, obtuvo y “cumplió órdenes de aprehensión en contra de personal del Centro de Reinserción Social (Cereso, penitenciaria) de San Miguel -en la ciudad de Puebla capital-, incluyendo niveles directivos”.
Además, la institución precisó que los delitos por los que se investiga a las 19 personas son abuso de autoridad o incumplimiento de un deber, infracciones a las leyes y reglamentos sobre inhumaciones y exhumaciones y encubrimiento.
La Fiscalía indicó que continuará con la investigación hasta esclarecer en su totalidad los hechos por los que inició diligencias el pasado 10 de enero.
El caso de Tadeo, nacido el 4 de octubre de 2021, estremece a México desde hace dos semanas, cuando un reo encontró el cuerpo del bebé cubierto con cal y dentro de una bolsa en los contenedores de plástico reciclable.
El bebé, que había sido enterrado en un cementerio de la zona de Iztapalapa, en el suroriente de la Ciudad de México, presentaba una herida en el abdomen por lo que una de las hipótesis iniciales era que su cuerpo se había utilizado para transportar droga.
Después se aclaró que la herida correspondía a una operación que se le practicó al menor de edad, quien murió el 5 de enero por problemas intestinales en la Ciudad de México.
Sus padres se enteraron del hecho por los reportes de la prensa, que señalaron que el bebé portaba un brazalete en su muñeca izquierda con sus apellidos.
El caso ha despertado un escrutinio contra el Gobierno federal porque los gobernantes de Puebla, Ciudad de México y la alcaldía Iztapalapa pertenecen todos al oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuestionado por la prensa sobre el asunto, respondió que el caso es un “fruto podrido de la descomposición social, son hechos lamentables que no deberían suceder y tienen que ver con el pasado reciente”, en referencia a los “gobiernos neoliberales”.
El hecho también ha levantado polémica porque la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se negó a investigar el caso, mientras que el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, advirtió a periodistas y activistas de que “tengan cuidado” al indagar la historia.
EFE