Los morenistas de Quintana Roo, están más que movidos. Se muestran por todo el Estado, sin importar guardar las formas.
Este fin de semana, la presidenta municipal de Benito Juárez, Mara Lezama, hizo campaña con distintos grupos políticos y sociales, en la capital del Estado.
Muestras que en Cancún, la violencia no tiene límite. En el presupuesto del 2022 deberá prever un nuevo panteón y de gran tamaño.
El senador José Luis Pech, después de su “resbalón” con micrófono abierto, busca no perder terreno con las féminas.
La cada vez más lejana a Morena, la senadora Marybel Villegas, sigue promoviendo la votación para la revocación de mandato.
Pero por más que quiere quedar bien con el presidente Andrés Manuel, la verdad es que tendrá que buscar otro partido si quiere estar en la boleta electoral en 2022.
Quien viene sorprendiendo a muchos, es el repunte de Rafael Marín Mollinedo, quien en los últimos días, hasta los aún priístas, apuestan por él.
Para los que aún no lo ven con posibilidades, sólo deberían analizar que los más de 50 años de amistad con AMLO, pesan más que cualquier “encuesta”.
Guerrero, fue un ejemplo del peso que tiene ser amigo del Presidente.
En Quintana Roo, no tiene porque cambiar la tónica. Porque además, el único que unirá a los morenistas locales, será el tabasqueño con muchos años de vivir en el Estado.
Hasta los priístas de hueso colorado que se han negado a migrar para Morena, están invitando a otros tricolores, para que apoyen a Rafa, como le dicen sus amigos.
En política se sabe que: “caballo que alcanza, gana”.