Si la intención era alborotar la “gallera”, este fin de semana, lo logró don Gastón Alegre.
Difundir a través de un boletín su reunión con el líder nacional de Morena, Mario Delgado, en el municipio de Tulum, para decir que se “destapa” por la gubernatura del Estado, generó distintas reacciones, sobre todo, a sus 88 años de edad.
Casi 18 años atrás, el empresario radiofónico y hotelero, fue el candidato del PRD a gobernador de Quintana Roo, ante la entonces aplanadora del PRI, que llevó como candidato a Joaquín Ernesto Hendricks Díaz.
El resultado todos lo conocemos, pero don Gastón Alegre, siempre se consideró robado.
En esos tiempos, los grupos perredistas tenían gran fuerza y simpatía entre el electorado quintanarroense. Logran varias presidencias municipales, incluída la de Cancún.
Pero como todo grupo que no logra dejar atrás sus intereses personales, se fueron exterminando entre ellos y otros emigraron a Morena.
Pero el autodestape de don Gastón Alegre, genera cierto morbo, principalmente, porque con sus 88 años a cuestas, se duda que tenga la fortaleza que demanda un estado como Quintana Roo.
Con seguridad su experiencia política está hoy más que nunca consolidada, pero la edad, pone en duda la posibilidad de ser el candidato que necesita Morena.
También llama la atención, porque su hijo Luis Alegre, tiene la misma intención que su papá, así que quizás sólo sea un petardo mediático el autodestape.
Cualquiera que haya sido la intención, logró hacer bochinche en la gallera y generar opiniones diversas.
Los que aspiran a las candidaturas a diputados locales y a la gubernatura, necesitan hacer bulla ya, porque la campaña electoral será sólo de dos meses y, en ese tiempo, quien no tenga cártel político, estará en desventaja, porque en 60 días no se construye una imagen ganadora.
Veremos si el “autodestape” de don Gastón, ayudó en las encuestas al apellido Alegre.